Los problemas de disciplina con los hijos, las tan temidas pataletas, las negociaciones eternas en las que no se respetan los acuerdos alcanzados, la transgresión de las normas, las discusiones sin fin y otros problemas de convivencia cuando en la familia hay niños pequeños, se agravan o se perciben como más intensas cuando los hijos llegan a la adolescencia.
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