He hablado tantas veces sobre la autoestima. Pero la autoestima siempre da qué hablar porque es muy compleja. Está hecha a base de confianza en uno mismo, del sentimiento de potencia, de ser capaz, y del de legitimidad, entre otros. De este último, del sentimiento de legitimidad, es de lo que hoy quiero hablaros. Es decir, del sentimiento de que lo que uno es, siente, piensa, hace o dice merece consideración y respeto; el sentimiento de ser básicamente adecuado, de que uno puede ser tal y como es, y que eso que se es está bien.
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