En una entrada anterior, Oceanía Martín nos introducía en el concepto de mindfulness y nos proponía momentos específicos y actividades concretas a través de las cuales aproximarnos a esta práctica milenaria de estar en el momento, de atenderlo y experimentarlo plenamente, sin evitación o rechazo sin apego o avaricia, como una forma eficaz de aprender a estar con lo que hay en lugar de tratar de cambiar la realidad a capricho, vano capricho, inútil y pueril, que solo puede frustrarnos y hacernos infelices.
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